César Romero
Se recuerda a Lori Berenson por los gritos durante su presentación, pero ahora la vemos como una abnegada madre con su niño.
¿Cuál es el personaje real?
Lori nunca fue la imagen de ese día, fue una circunstancia muy particular. Sabía que me venía una pena muy fuerte. Me dijeron grita para que te escuchen y cometí el error de hacerles caso. Esa Lori no me representó ni antes, ni ahora.
Lo volverías a hacer
No. Dentro de mi lógica era importante decir algo, decir que no era terrorista. Pero fue lo peor que pude haber hecho, un error garrafal.
¿Cómo una joven de Nueva York se vincula con el MRTA?
Yo tenía un interés humano, de solidaridad, vengo de un país que con su dinero imponía sus políticas. Así vine acá.
¿Qué conocías del Perú?
Muy poco. Venía de Centroamérica. Eran mundos muy diferentes y no lo vi. Aprendí muchas cosas en este tiempo, a reconocer errores, pero también a aprender más sobre las circunstancias y singularidades, las buenas intenciones por sí solas no bastan.
Se te relaciona con los muertos de esa época.
Cometí un delito, me vinculé con un proyecto subversivo con ideas terroristas. No he matado a nadie. Mi intención era aportar a un cambio positivo. Pero erré definitivamente y pido perdón por eso.
¿Al relacionarte con el MRTA sabías que podías participar en una acción violenta?
No. Yo colaboré en un proyecto de enseñanza a jóvenes. Sobre el plan de tomar el Congreso nunca supe. Mi participación era alquilar una casa, nada más. Ese año no hubo acciones del MRTA, nada extraordinario para darme cuenta.
¿Te engañaron?
Más allá de eso, creo más bien que hubo cosas que no quise ver.
¿Qué piensas del terrorismo y la violencia?
En EEUU y acá se estigmatiza a las personas por ser de izquierda, por ser migrante, por ser árabe. La violencia y el terrorismo no se justifican ni pueden ser una justificación.
¿Te desligaste del MRTA?.
Sí. Desde mi punto de vista, desde hace muchos años el MRTA no existe.
Muchos no creen en tu arrepentimiento.
Hay una imagen de mí y esta imagen va a ser difícil de cambiar. Por eso ahora trato de explicar. Yo fui condenada por colaboración, no por ese grado de peligrosidad que se proyecta de mí. No soy un peligro, soy una persona normal.
¿Cuándo se decide tu caso?
La ministra dice dos o tres semanas. Deseo que se confirme mi libertad, pero será lo que decidan los jueces.
“Si vuelvo a prisión pierdo a mi hijo”
Cómo estás organizando tu vida?
Primero, ver cómo va a terminar mi caso. No puedo organizar mi vida. Solo el día a día. Tengo un trabajo y estoy estudiando a distancia, nada más. No puedo tomar un curso de pastelería porque se puede cortar a la mitad. Estoy en espera.
¿Si regresas a prisión, qué pasará con Salvador?
Cuando me embaracé sabía que, a lo mucho, a los tres años estaría libre. Desde el 2003 hasta el 2009 había beneficios penitenciarios. Si vuelvo a prisión lo pierdo cuatro o cinco años, eso es muy duro.
¿Qué piensan dentro del penal del retiro de los beneficios?
Muchas personas hicieron planes que ahora se han frustrado. Como que estás en medio de un partido de fútbol y te cambian las reglas de juego.